Llevamos ya un periodo largo en que nuestro trabajo se ha visto modificado por la crisis del Covid-19. Des del confinamiento absoluto de la primavera a las actuales restricciones, estamos obligados a cambiar nuestra manera de hacer. El contacto F2F con los clínicos, aquello en que se ha basado toda nuestra vida laboral, se vio truncado de la noche a la mañana (como tantas otras cosas). Y como de la necesidad se hace virtud, empezamos a buscar a nuestro alrededor todas aquellas herramientas, nuevas o no tanto, para poder mantenerlo.
Ahora que ya llevamos un tiempo usándolas quería dar mi opinión de lo que hemos llamado la transformación digital de la visita médica, (habría que ver si es una verdadera transformación o estamos haciendo una actualización digital, pero eso me lo guardo que me da para otro artículo). Un proceso iniciado des de hacía mucho pero que en pocos días tomo una velocidad de fórmula uno, sobre todo empujado por esa necesidad de mantener el indispensable contacto con nuestros clientes.
Con ello han aparecido decenas de herramientas que intentamos incorporar a la carrera, visitas en remoto, video mails, videoconferencias, todo tipo de material digital…las posibilidades están limitadas a nuestra imaginación y creatividad.
¿Pero todo nos vale?
En mi opinión para que todas estas herramientas tengan éxito necesitamos lo siguiente:
Actitud. Cuantas veces hemos oído eso de que la actitud multiplica. Pues ahora más que nunca. Necesitamos empezar el proceso por nosotros mismos. Tener la mente abierta, esforzarnos en el aprendizaje de nuevas técnicas y habilidades, dar una oportunidad a lo nuevo…sin esa actitud dudo mucho que el resto de cosas puedan triunfar.
Contenido de valor. Sí, sé que está muy manido, pero sin valor nada funcionará. Todo lo on-line requiere un esfuerzo superior por el receptor que en lo presencial. Si queremos que un médico encuentre tiempo para una videoconferencia, o clicar un enlaze, detrás deberá haber algo que le aporte verdadero valor.
Materiales herramientas y formación. Parte se lo debemos exigir a la empresa en la que trabajamos, pero como decía antes, otra parte la tendremos que aportar nosotros. La autoformación es más importante que nunca. Recuerda, Internet nos lo pone todo en la mano.
Estrategia global. No podemos cegarnos por lo vistoso de lo digital. Seguiremos trabajando en presencial y deberemos incorporar lo digital a nuestro día a día como una extensión más de nuestro trabajo. No podemos tratarlo como compartimentos estancos totalmente separados (especialmente si buscamos esa verdadera transformación). Todo sigue el mismo objetivo.
Y todo esto unido al indispensable valor que aporta el delegado. Los delegados conocemos a los clientes, somos capaces de segmentarlos en función de su proximidad hacia lo digital y podemos personalizar el mensaje final. Lo hemos hecho siempre en lo presencial y lo seguiremos haciendo en lo digital. La gente quiere hablar con gente. Todos preferimos que alguien conocido, próximo, nos cuente las cosas, antes que leer un mensaje o ver un video institucional. A parte del valor intrínseco de los mensajes, el delegado le aporta el gran valor de lo personal.
Y en la nueva normalidad (yo prefiero llamarla nueva realidad) será fundamental mantener un estado de alerta permanente que nos mantenga atentos a toda las novedades que aparezcan y ver cuales podemos adaptar a nuestro mercado, a nuestros clientes o a nosotros mismos y que podrán hacernos más adaptativos y en consecuencias longevos profesionalmente.
Repito, todo esto es opinión personal. Me encantaría saber la tuya y debatirlo.
FERRAN VILA PÉREZ
https://ferranvilaperez.wordpress.com/